DESTREZAS CRIOLLAS

Izamiento de Pabellón Nacional

La segunda edición de destrezas criollas realizada por el CEPT contó con un gran marco de público pese a las condiciones climáticas que se presentaron adversas.

El 22 de septiembre, ni bien entrados en la primavera, se realizó una nueva edición de destrezas criollas organizadas por el Consejo de Administración con la colaboración del equipo docente en instalaciones del centro educativo.

Desfile con bandera de los colaboradores.

Temprano se realizó el izamiento del pabellón nacional y desfile de caballos que colaboraron y así quedó inaugurada la fiesta. La mañana auguraba un día acorde con la estación incipiente dejando una gran expectativa desde el comienzo de la jornada. Y es así que mucha gente comenzó a acercarse y poco a poco empezaron a asomar los lazos preparados para participar de una pialada que contó con 28 equipos de cuatro pialadores cada uno. Con la animación de Pancho Martínez y Pachino Rossi de San Cayetano, los terneros se fueron presentando y no fueron pocos quienes terminaron con tierra en el lomo por la habilidad de pialadores pertenecientes a diversas localidades y parajes, mientras  Guillermo Civardi y Sebastián Pariente juraban la destreza. Los ganadores de este año pertenecían a Laprida bajo el nombre de “El sauce” y el segundo puesto fue para el equipo “Don Benjamín”. Llegó la hora del almuerzo y la gente se acercó a la cantina para degustar las tapas, chorizos y pollos (del CEPT) que presentaron los asadores. Demás está aclarar que, como siempre, lo que más ganaron estos fueron elogios y aplausos vendiéndose la gran mayoría de la carne cocinada. Por otro lado, la venta de bebidas, con una gran atención por parte de padres y docentes tuvo un gran éxito.

La cantina después de algún chaparrón.

Mientras se desarrollaba el almuerzo se presintió la primera alarma meteorológica y antes de terminar con el mismo aparecieron unas frías gotas que hacían suponer que la jornada no tenía mucho por delante. Y esto fue una constante durante toda la tarde, aunque las ganas y buena disposición de todos los presentes –organizadores y público asistente- hicieron realidad el viejo refrán que predica: “al mal tiempo buena cara”. Así que bajo una intermitente llovizna se hizo la carrera de sortija resultando ganador Osvaldo de Lucía de Coronel Dorrego y en segundo lugar Daniel Hammersmith de Sierra de la Ventana. Posteriormente tuvo lugar la prueba de riendas desarrollada en tres modalidades diferentes. La primera fue para potros con sesenta días de doma resultando ganador Pablo Sosa de Pringles secundado por Cacho Molina de la misma localidad. Luego la prueba fue para caballos mansos donde se anotaron veintiún jinetes resultando ganador en una reñida final Ezequiel Ferreyra, frente al joven Nahuel Molina (los dos de Pringles), quien en la edición anterior logró llegar a la final pero se había retirado con las manos vacías. Por último, por pedido especial de varios participantes, bajo una lluvia copiosa se realizó el clásico de las pruebas de riendas donde ganó Nahuel Molina quedándose con el segundo lugar Eduardo Saez de Punta Alta.

Los asadores tomando un respiro para la foto.

El día finalizó de manera muy agradable contando con la alegría de haber cumplido con lo prometido y el saber que fue una fiesta de la familia rural donde no hubo ningún inconveniente, reinando la solidaridad y quedando a cuentas solamente la organización de una nueva edición para el 2014.

Cobrando el primer puesto de la pialada.

La familia Cendra participó con sus fletes.

Ezequiel Ferreyra se acerca a cobrar el primer puesto.

  



CORDERO vs POLLOS

Cada cual atiende su juego.

Las noches de los jueves son diferentes, son las noches de fogón y los chicos las esperan toda la semana porque saben que es el momento donde pueden distenderse y divertirse después de una ardua semana de trabajo. El jueves 5 de septiembre tuvo un olorcito especial porque se desarrolló una contienda culinaria donde se enfrentaron los grupos encargados de asar un cordero (proveniente de la producción de la familia Pariente) y tres pollos (producción local). Así fue que Joaquín y Ezequiel se encargaron del ovino mientras que Luca, Ezequiel R. y Francisco de los pollos (Ismael, Pepe y Sultán), todo bajo la supervisión digestiva de Luciano y Alberto. El veredicto final no tuvo vencedores ni vencidos ya que los aplausos de los comensales se repartieron para sendos grupos. La revancha no tiene fecha aún pero la esperamos ansiosamente, especialmente quienes participamos probando el producto terminado.

PLAN DE BÚSQUEDA EN VERSOS

El día lunes de la novena permanencia de Primer y Segundo Año durante la primer hora de clase correspondiente a Plan de Búsqueda se vivieron momentos agradables compartiendo poemas y canciones gauchescas.

Bernardo y Eber cerraron la campereada.

A partir de una propuesta trabajada en Primer Año donde las familias debían recopilar canciones o milongas populares interpretadas o transmitidas por los abuelos, tíos o parientes dentro del seno familiar que cumplen la función pedagógica de transmitir enseñanzas y ejemplos sobre diversos aspectos de la vida a los más jóvenes surgió este día especial. Los profesores plantearon la idea de juntarse para compartir entre todos lo trabajado en la permanencia en la casa. Y es así que el comedor fue el espacio donde confluyeron diversas presentaciones de chicos y grandes de forma alternada en la que, poco a poco, muchos se animaron a actuar frente a un entusiasta público que premiaba con aplausos a los artistas.

Artistas  y público locales disfrutaron de una mañana diferente.

El comienzo estuvo a cargo de Ramiro Rueda y su abuela que lo acompañó con la guitarra mediante este recitaba  los versos de una payada. Luego se sucedieron las actuaciones de la abuela de Ramiro, de Francisco Peralta acompañado por la guitarra de Germán Mandirola, de Luca Garaicochea junto a Ezequiel Ruiz y Joaquín Cendra, Santiago Locatti, Omar González y el cierre por Bernardo Agüero y Eber Peralta. Acompañaron la mañana los chorizos secos que trajo la familia Grassi que iban recorriendo los rincones del lugar agregando un saborcito campero a la madrugada.

Ramiro acompañado por la guitarra de su abuela.

No faltaron en el correr de las presentaciones las emociones que iban llegando de imprevisto apareciendo a veces mediante una sonrisa compartida por versos que la provocaban; otras veces con esa sensación que hace parecer que pequeñas hormigas corren por nuestro cuerpo y nos provocan ese escalofrío que, como pudimos sentir, llega hasta nuestros ojos en forma de alguna lágrima vergonzosa. Al finalizar llegó el momento de compartir, ya en grupos y con el ánimo que da la confianza, los momentos vividos entre la sorpresa y la admiración.