Los alumnos de sexto año aprovecharon la presencia de Javier
Prada en la Regional realizada en el CEPT N°3 para entrevistar al presidente de
FACEPT.
Javier se presenta ante los chicos antes que estos comiencen
a entrevistarlo.
– Vengo del CEPT N° 4 de Mercedes ubicado a 100 km de
Capital. Es un CEPT que siempre mantuvo una matrícula 93 a 95 pibes más o
menos. Está ubicado en plena zona rural a 8 o 9 km de la parte más cercana a la
ciudad y tiene pibes de alrededor de 80 km. Chicos de Chivilcoy, Suipacha,
García, Navarro, San Jacinto y varias localidades que son importantes hasta el
deslinde con Luján. Por eso mantiene la misma matrícula.
– ¿Usted a qué se dedica?
Yo soy un jubilado, por jubilación anticipada, de Luz y
Fuerza. En Luz y Fuerza hubo un recambio de gente y cuando llegabas a los 50 te
ofertaban irte o irte entonces me tuve que ir, empecé a dar cursos de formación
profesional y en ese momento conozco lo que es el sistema CEPT. En eso me
llaman del CEPT para dar unos cursos y me enamoré de tal manera que, teniendo
cuatro pibes de los cuales tres eran mayores, ya recibidos, y me quedaba
nuestro bebé que ahora tiene 18 años y automáticamente conocí el CEPT llevé a
mi hijo ahí. Nosotros a su vez estábamos con un recambio de mentalidad ya que
de ser un trabajador de Luz y Fuerza y vivir en el centro, fuimos al campo que
es donde pasábamos la mayoría del tiempo y empezar a vivir del campo fue una
transición muy linda para mí, pero no sé si tan linda para la familia porque le
produjo el desarraigo de los compañeros, de los amigos, que es algo que los que
viven en zona rural lo saben. Muchas veces se tienen que conformar con internet
(si tenés) y realmente es una problemática de los jóvenes.
– Ahí fue donde conoció la FACEPT…
– El movimiento CEPT. Primeramente estuve un tiempo en mi
CEPT tratando de ayudar, de ver cómo era eso de Cooperadora o Consejo de
Administración y me di cuenta que para ayudar al CEPT tenía que empezar a
representarlo. Escuchando en las Regionales las problemáticas a las que podía
ayudar y la verdad es que, cuando me di cuenta, ya estaba dentro de FACEPT. El
traspaso del CEPT a FACEPT no me di cuenta en qué momento fue. Ya hace 18 meses
que soy Presidente pero no me di cuenta del momento que empecé a manejar la
Federación.
– ¿De qué se trata específicamente la FACEPT?
– Huy… Bueno, mirá…
La FACEPT, como su nombre lo indica, es la federación que nuclea a todos los
CEPT, pero no es tan sólo eso, sino que la FACEPT tiene que velar por que se
cumpla el programa CEPT en cada CEPT. Por tratar de trabajar hacia el futuro,
tratando de ayudar más a la comunidad rural. Tratar de abrir más escuelas y que
las que están cumplan con las herramientas. La FACEPT es la parte política,
exclusivamente, de los CEPT. Donde hay un problema va FACEPT, donde los
profesores no se ponen de acuerdo, va FACEPT, a acompañarlos diciendo “y
muchachos, qué les parece, vamos por acá o vamos por allá…”, tratando de
solucionar el problema. Somos unos mediadores haciendo cogestión con Agraria,
con el gobierno, tratamos de generar proyectos. Una de las metas más
importantes a lograr es que los chicos que egresen de los CEPT que tengan su
proyecto propio, tengan su financiamiento. Y ya se está cogestionando con entidades
internacionales como la IAF que pueden darnos buenos resultados. También
estuvimos pensando en cuando ustedes salen de acá (del CEPT) hacia donde
dirigían su carrera, a dónde se iban a sentir más seguros y empezamos con el
Instituto Superior de Economía Social y Desarrollo ocal. Hoy en día está en
funcionamiento en Belgrano donde FACEPT tiene su sede.
FACEPT hoy en día está tratando de cumplir con sus
lineamientos. Nosotros hablamos de algo que es muy difícil que lo entiendan
hasta los mismos docentes que es volver al eje del Programa. Yo quisiera que en
cada CEPT se lea lo que es el Proyecto y ahí van a ver cómo les va a cambiar la
mentalidad porque prácticamente no se conoce lo que es el proyecto CEPT. El
proyecto no tiene desperdicio. El proyecto de una educación que hoy se está
copiando en el mundo y que se va a copiar sí o sí en Argentina y ya hay parte
de nosotros que se suma a las escuelas Agrotécnicas. Tenemos una gran virtud, y
es que junto con los docentes y las familias siempre estamos trabajando en
proyectos que sirvan a la comunidad rural, al desarrollo local.
Algo que no tiene que fallar nunca, en ustedes los jóvenes,
es el Consejo de Alumnos. Tienen que ver cómo fue iniciado y que no se
convierta en un proyecto productivo. Está ideado para que se formen
políticamente y tengan obligaciones y derechos. Todo está en el proyecto CEPT.
Y leerlo no es muy cansador. Yo les digo que tiene unas cuatro hojas. Ahí está
la información.
– Usted dijo que al
conocer el programa CEPT se enamoró y está convencido de… ¿de qué?
– El CEPT no es sólo
una escuela de alternancia. Es el único programa de educación que promociona a
la familia de una manera muy abierta, además de la parte pedagógica. Trabaja
directamente con la familia, les enseña. Las familias en el campo estamos muy
acostumbrados a generar proyectos: tambo, pollos… Este programa es el único que
mientras está enseñando en una mesa mediante la pedagogía de alternancia al
pibe, a la familia le está enseñando cómo manejar ese proyecto que tienen. Por
eso digo que es único. No hay comparación con ninguno. Este programa, bien
manejado, a una familia que tiene un pequeño tambo que hoy no tiene valor, le
da valor a la familia. Porque si vos sacás 40 litros de leche por día no hacés
nada, más que tomártela. Ahora si el CEPT te ayuda, a esos 40 los convertís en
queso y ganás 400. No es sólo la parte pedagógica. Por eso digo que este
sistema es único, cuando lo conocés te enamorás.
Son muy pocas las escuelas en que dieciocho docentes están
con un apoyo hacia los alumnos, que saben el nombre y la situación familiar de
cada uno. Hay mucha diferencia con otros sistemas de estudio. Yo espero que en
el futuro puedan, aunque sea la mitad de ustedes, replicar esto.
Mi familia y yo tenemos tambo, tenemos una sala de
industria, cerdos, gallinas. Todo lo que yo vi en el CEPT lo repiqué en mi
casa. Yo trabajaba en la zona rural pero era del centro. De golpe me encontré
en el campo y tuve que aprender conjuntamente con mis hijos y mi señora a vivir
en el campo. Estar todos los días. Fue fabuloso para mí, fue como un cable a
tierra.